martes, 15 de septiembre de 2009

H





Quizás corazones orgullosos digan ¡no!, y otros compuestos por serenidad lo entiendan un poco más.
Solo sé que no soy capaz de emperifollar mi alma con crueldades u odio;
sería como intentar hacerme ver que alojarse en el cielo es más fácil que rozarlo...

Las alas de acero tienen como cúspide del privilegio un nuevo vuelo asegurado... pero su hándicap es lo que puedan llegar a pesar.
Y como siempre, el Tiempo será un cómplice célebre al que nunca nos cansaremos de acudir.

Una
mezcla homogénea; un día con sol o nubes. Eramos algo tan semejante...
Creo que decirte el típico si tu supieras no sirve; a estas alturas deberías saberlo todo (o más).
Cargaré pues con la etiqueta de demente al anunciar que mi hombro sigue siendo inoxidable para ti.
Aunque este corazón lisiado siga cuestionando si merecer puede reiterar en nuestro diccionario.

No hay comentarios: