lunes, 26 de octubre de 2009



Mis cuerdas vocales se han aliado con la susceptibilidad
(pretenden comerse al mundo).

La mañana no se cansa de despertar, y algunos dicen que el sol es nuevo cada día.
Sin embargo, empiezo a preguntarme por esa lluvia de sensaciones...
aquí parece que la sequía aún no cesa.

Pero quién mejor que yo va a hablarte de este corazón en coma, de los suspiros que quieren ser algo más que aire.

La espalda te reprocha cargas ajenas de las que nunca pudiste escapar, y el lagrimal se volvió tan irresponsable que olvidó domar a sus niñas.

Mientras, el frío baila en las manos,
las mismas que arropan a la cabeza cuando pesa.

A mi también me mecen letras...
y desnudarme con metáforas (baratas) en los continuos paseos de la mente es un simple frenesí.

Supongo que por ahora es más fácil echarle azúcar al café...
ya que a la vida no lo consigo.

1 comentario:

RocíoGR dijo...

a la vida se le echa igual que al café... ¿te dejo azucarero?
:D