lunes, 3 de agosto de 2009

Soy.


Sí.
Le tengo miedo a los cambios, a que ciertas personas se alejen de mí;
Siempre doy demasiada importancia a cosas que no debería ni tener en cuenta;
Y puedo resumirme por la letra d: desastre, algo desordenada y despistada para lo que no me interesa.

Soy como un reloj al que se le agotan las pilas,
(sin querer me detengo mientras el tiempo avanza, avanza y avanza...)
A parte de flexible, insegura, reina de las imperfecciones y transparente como las gotas de lluvia para quien sabe descifrar miradas.

También es cierto que al reír se me achinan los ojos, junto a una de mis grandes manías,
taparme la cara.
¡Qué le hago a esta estúpida fatiga!

No vengan a hablarme de confianza, por favor;
soy una ingenua y me cuesta dudar de quien (seguro) debería.
Y del cariño...
supongo que necesito más del que reparto
(demasiado).

Amo el cielo, las estrellas, la luna y las nubes. Sobre todo, cómo se ven desde mi tejado.
Además de las bandas sonoras de las películas, el olor de los libros recién comprados y fumarme un cigarro hablando con el mar.

Me encanta dormir, pero no soñar...
tienen que entenderlo, no puedo soportar despertarme y ver que no está.
Y también odio ser incapaz de no mirarle si le tengo cerca.

Si fuera un instrumento, sería el piano:
dependiendo de la melodía, podría alcanzar desde el blanco y negro la máxima saturación
de color.
Y si fuera un animal, sería un pájaro. Me gustaría volar, lejos, (muy lejos).
Pero no lo conseguiría... Sería el típico que se caería del nido a los pocos días de
comenzar a vivir.

Como en mi vida, cuando las cosas empiezan a equilibrarse,
descienden de nuevo.
(¡Pero no desesperen! dicen que la esperanza es lo último que se pierde;
algún día seré tan estable como una fotografía.)

-¿Qué? ¿Mi mejor abrigo?
La impotencia,
¡y aún estando en agosto, tengo frío!

-¿Cómo? ¿Una ilusión?
Hacer feliz a alguien tan sólo con una sonrisa.
¡O mejor, mejor!
Que ese alguien descubriera que me aferré a la suya, y que sin ella,
no soy tan feliz como le hago ver.


Pero, me repito, no me gusta soñar.
Y sí, soy Ire.
Y no aguanto que me añadan el <ne>.

2 comentarios:

RocíoGR dijo...

no,
no eres Ire ni Irene..

eres Are,
tú misma lo has dicho hace escasos segundos y sí, es cierto, totalmente cierto.. y tus palabras hablan por ti..

:) a mi me gusta todo eso
a mi me gusta que seas Are..
que odies el "ne"..
y me gusta la foto, el día de la foto..


la estabilidad ya la encontraremos

Anita dijo...

Si a tu reloj se le acaban las pilas no tngas miedo..
yo t pondre unas nuevas.


Tequiero.